Some emerge, spreading out of the canvas seeming to reproduce indefinitely.
Others burst out (from bottom to top) creating pyramids and domes whose
foundations are never seen, all being improbable invasions like an inverted
Dorado. El Dorado,
the title of a painting by Alexis Duque depicting a working class quarter,
ironically refers to the famous legend which enticed conquistadors to search
for a city of gold in the area of Colombia and the Andes.
They could be clouds or floating clusters, amorphous contours that fit any
shape confirming their adaptive ability. None of the settings include
decorations; the backgrounds are white, neutral and nonexistent. Nature
only reveals its presence as something wild and invasive, destructive even,
like in Terrazas.
There is no other reality but its own.
The artist draws the viewer’s attention to the isolation of the transitory
residents, like semi-nomads that emigrate hoping to find a better life on the
outskirts of large metropolises. How are these new habitats in precarious
equilibrium, these hovering countries that remind us of Swift’s floating island
sustained?
In denouncing the human and social drama that often plagues the over-populated
capital cities in developing countries, Alexis Duque relies on just a few
colors. Notwithstanding the use of acrylic paint, the artist makes the
influence of illustration apparent, equally attending to all of the aspects of
the painted surface without leaving anything to chance. He does not resort to
the type of realistic painting style of some committedLatin American artists of the
twentieth century. Rational and imaginary, often blended with a tinge of
humor, Alexis’s work could well be called fantastical.
The Colombian artist introduces architectural features that are characteristic
of the Western Civilization, from ancient Greece and Rome: columns, capitals,
and niches. They are symbols of the bygone ruling culture and the aesthetic
model of the European colonizers, now an integral part of daily life of the
populations of Latin America.
Finally, a parallel could be drawn between Duque’s proposition and that of the
French philosopher and art historian Georges Didi-Huberman (b.1953), who
questions the portrayal of the people and their status as “extras” in Modern
representation. Alexis Duque makes them “act” by their non-existence. In
Alexis’s El Dorado,
the people are conspicuous in their absence.
Claire Luna
Algunas salen del
cuadro y podrian prolongarse o, como la probreza, propagarse indefinidamente;
otras implosionan (de abajo hacia arriva), o forman piramides, o domos, de los
cuales nunca se ven las bases o fundaciones: todas son invasiones improbables - un Dorado al
revés. El Dorado, titulo de un
cuadro de Alexis Duque, que es ironicamente, el nombre de barrios populares en
Bogota, se podria hacer extensivo al conjunto de las obras expuestas en la
presente muestra.
Parecen nubes, o
presencias flotantes, masas amorfas que adoptan cualquier forma, poniendo en
evidencia su capacidad de adaptacion. Ningun cuadro tiene decorado, ni paisaje,
el fondo es blanco, neutro o inexistante. La unica naturaleza viva representada
es salvaje e invasora, incluso destructiva, como el las Terrazas. Tampoco hay una realidad
utlerior, una realidad otra que ellas mismas. El artista llama, asi, la
atencion del publico sobre el aislamiento de esos nuevos residentes - o
semi-nomadas - que emigran, con la esperanza de encontrar una vida mejor, hacia
la periferia de las grandes ciudades.
Pero como esas nuevas
piramides, como esos habitats en precario equilibrio, esos paises volantes que
recuerdan a la isla flotante de Swift, se mantienen? Cual es el origen de este
fenomeno, que base tiene? El artista colombiano introduce, aqui y alli,
elementos arquitectonicos caracteristicos de la civilizacion occidental, del
imperio romano, de la antiguedad griega: columnas, capiteles, nichos, etc.
Simmbolos de una cultura otrora dominante y modelo estetico, la del colonizador
europeo, hoy dia parte integrante del cotidiano de las poblaciones de América
latina.
Para denunciar el
drama humano y social que suele afectar las sobre pobladas capitales de paises
en desarollo, Alexis Duque usa pocos colores, y aunque pinta con acrilico, deja
transparentar la influencia del dibujo grafico, tratando de esa manera toda la
superficie recubierta de dibujo con igual esmero, no dejando ningun detalle
librado al azar. Tampoco utiliza el estilo realista de una cierta pintura
"comprometida" de America latina del siglo veinte. A la vez real e
imaginaria, teñida las mas de las veces con un toque de humor, la propuesta de
Alexis nos atreveriamos a calificarla de fantastica.
Finalmente, nos
permitimos sugerir un paralelo, que creemos mereceria ser profundizado, entre
la propuesta de Duque y la del filosofo e historiador de arte frances Georges
Didi- Huberman (1952): la correspondencia entre la propuesta del artista
colombiano y la que plantea hoy el filosofo, quien cuestiona la representacion
de los pueblos al interrogarse sobre el estatus de los "figurantes"
en la representacion moderna. Alexis Duque hace "figurar" a aquellos
por su inexistencia. En el Dorado de Alexis, los pueblos brillan por su
ausencia.
CL
El Dorado, exposicion individual de Alexis Duque, Praxis Gallery